miércoles, 23 de enero de 2013

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¿Quién me lee? ¿Quién me ve? ¿Quién me entiende?
Quién, quién, quién... ¿Quién está ahí? Pregunto a la nada, y ya ni el silencio me responde, el eco de mi murmuro se deshace en el poco espacio que hay entre las paredes, como hojas secas y quebradizas en otoño pero con un poco más de frío. Alguien habrá de leerme, alguien habrá de verme en la calle pero pocos muy pocos habrán de entenderme. Han existido algunos (debería decir algunas) que creen saber como funciono pero si ni yo mismo lo sé ¿Cómo lo podrían saber ellos? Quizá no sepa que es entender, parece que quisiera que leyeran mis pensamientos para evitarme comunicar algo, quiero esa mirada de complicidad y esa tenue sonrisa que se da entre dos personas que no necesitan las palabras para poder hablarse. Quiero entenderte, quiero hablarte, quiero que me digas con los ojos como te sientes, que tu solo tacto demuestre empatía, coraje, o desahgo. Quiero que tu boca se mueva sin hablar que tu sonrisa me diga la inmensidad de tu dicha y que tus lágrimas me digan lo profundo de tu pena, quiero que tus besos me digan lo que necesito saber y que tu ausencia me diga que volveras. Susurro palabras a la soledad y ya ni escucho mis ecos, creo que tanto fue el tiempo que no necesite de usar las palabras que ya no sé hablar.