Abrí los ojos y no vi nada, no vi nada porque no había nada; los cerré y volví a ver todo lo que había, lo que pensé existía.
Nunca pensé en voltear a ver mis manos, mis pies. No pensé el verme a mí mismo ¿Hubiera temido el haberme dado cuenta que no existo, que sólo soy lo que imagino y no lo que veo?
Abrí los ojos y ya no los quize cerrar, aunque murmurllos de lejos me dijeran que me alejaba de la realidad.
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